Para el invierno, colores cálidos

Crema mágica

La mejor manera de entrar en calor y engañar al frío y comenzar con una crema caliente.
¡Es mágico! Y aquí tenéis, la cazuela mágica con escoba de bruja (buena) incluso.
Como todo se debe comer, la escoba está hecha con un palito crujiente de pan, pan frito a modo de picatoste (los celíacos, que sé que hay alguno que se pasea por aquí, lo pueden sustituir por otra cosa que no lleve gluten. Yo sugeriría alguna verdurita, zanahoria cortada y frita, por ejemplo) y para unirlo todo, unas hebras de puerro.
La crema es de calabaza, por cierto.

Empanada de gulas y setas.

Yo hago una masa más al estilo de las empanadas gallegas,

y en el relleno utilicé setas y gulas. En mi casa gusta mucho, y cocinar en el horno es también una buena manera de llenar el hogar de calor.

Ya ni hablemos del rico olor que invade la casa.

Tartita de arroz con leche

Hice un bizcocho que luego emborraché y cubrí de arroz con leche.
Para acompañarlo, utilicé un poco de gelatina de violeta,
un palito de chocolate (unos chocolates que compramos en Santiago en una pastelería que tenía muy buena pinta, ahora no recuerdo el nombre)

y pan de higo que trajo una de mis hijas de un viaje a Croacia.

Como véis, la fusión siempre está presenta en la cocina de una forma u otra.

Y a través de la cocina se consiguen muchas cosas:
se escapa uno del frío y viaja un poco.