El primer plato es más convencional:
unas vieras al horno.
Llevan un sofrito de cebolla, jamón y tomate. Las serví en su cáscara, presentación tradicional y que seguro habéis visto ya pero no por ello deja de ser lucida.
Hay quien utiliza pan rayado, y así queda una cobertura crujiente una vez que pasa por el horno, pero en esta ocasión no lo he utilizado, creo que es más ligerito así, más digestivo, y en estas fechas de excesos, se agradece.
Para que no se mueva en el plato os recomiendo una cama de sal.
Después, otro plato que no es muy fuerte y es apto para vegetarianos:
tallarines de calabacín con queso de cabra.
Corto el calabacín como si fueran tallarines,
y luego los cocino en la sartén pasando un ajo por el aceite, sólo unos toques,
como quien unta mantequilla en un molde.
Le añadí un corte de queso de cabra y sobre este, cebolla confitada.
Lo dejamos unos minutos en el horno a fuerte temperatura y
¡voilà!
Es un plato que todo el que lo prueba lo quiere repetir en su casa, yo sólo aviso...
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